¿Existe una civilización secreta dentro de la Tierra?

Exploramos la teoría de la Tierra Hueca y las fascinantes historias sobre mundos subterráneos que aún capturan la imaginación colectiva.

¿Realmente hay una civilización oculta debajo de nuestros pies? Lo que dice la extraña teoría de la Tierra Hueca

Puede que alguna vez hayas escuchado algo sobre seres subterráneos, ciudades ocultas bajo la corteza terrestre o túneles secretos que cruzan continentes. Suena a ciencia ficción o a alguna historia reciclada de “Viaje al centro de la Tierra”, pero lo cierto es que hay toda una teoría que sugiere que dentro del planeta existe una civilización avanzada y desconocida. Y no, no es solo cosa de conspiranoicos. Vamos a meternos —figurativamente— en las entrañas de este mito para ver qué tiene de cierto y dónde lo sostienen solo la imaginación y un poco de folklore.

¿Qué dice exactamente la teoría de las civilizaciones bajo tierra?

Esta idea se conoce como “la teoría de la Tierra Hueca”. Básicamente sostiene que el planeta no es completamente sólido, sino que tiene cavidades inmensas, quizá incluso una corteza relativamente fina, y dentro existirían ciudades enteras, tecnología avanzada e incluso formas de vida desconocida. Algunas versiones más extremas aseguran que estas civilizaciones son más antiguas y avanzadas que la nuestra.

El concepto tiene raíces que se remontan a siglos atrás. En 1692, Edmund Halley (sí, el mismo del cometa) propuso que la Tierra estaba compuesta por capas concéntricas con atmósferas separadas entre sí. No habló de ciudades ni seres subterráneos, pero fue uno de los primeros científicos en poner sobre la mesa algo parecido.

Luego vinieron las versiones más coloridas. Según ciertos relatos modernos, lugares como el Polo Norte y el Polo Sur tendrían grandes entradas hacia este mundo interno. Incluso existe la historia del almirante Richard E. Byrd, quien supuestamente voló sobre el Ártico y fue testigo de un “nuevo mundo” lleno de vegetación y animales prehistóricos. Esta historia es muy citada, aunque no hay registros oficiales que la respalden.

¿Y hay pruebas científicas que lo respalden?

Acá es donde el castillo subterráneo comienza a tambalear. Hasta ahora, la ciencia moderna no ha encontrado evidencia sólida que apoye la existencia de civilizaciones bajo tierra.

Geología y estructura terrestre

Desde lo que sabemos gracias a estudios sísmicos y geológicos, la Tierra tiene varias capas: corteza, manto, núcleo externo y núcleo interno. Estas capas no permiten la existencia de cavidades gigantes como las que plantea la teoría de la Tierra Hueca.

De hecho, cuando hay terremotos, las ondas sísmicas que viajan por la Tierra son diferentes según el tipo de material con el que se encuentran. Gracias a esas lecturas, los científicos saben que no hay huecos inmensos dentro del planeta. Los datos simplemente no cuadran.

Cuevas profundas, sí; civilizaciones, no

Lo más cerca que estamos de mundos subterráneos son las cuevas gigantes como las de Son Doong (Vietnam) o las de Krubera (Georgia), que son realmente impresionantes. Pero incluso estas son apenas rasguños en comparación con lo que plantea la teoría.

La cueva más profunda conocida, la Veryovkina en Georgia, tiene algo más de 2.200 metros de profundidad. Comparado con los más de 6.000 kilómetros que tiene el radio de la Tierra, esas cifras no alcanzan. Estamos hablando de una delgada capa superficial.

¿De dónde viene tanta obsesión con lo subterráneo?

Más allá de la ciencia, hay algo fascinante en pensar en lo que no vemos. La idea de un mundo escondido bajo tierra aparece en muchas culturas antiguas y mitologías.

  • Shambhala: En la tradición tibetana, se habla de una tierra mística llamada Shambhala, ubicada en algún lugar del interior de Asia, y que algunos asocian con un reino subterráneo lleno de sabiduría.
  • Agartha: Una de las versiones más famosas de esta teoría apunta a Agartha, una civilización supuestamente avanzada que vive en el centro de la Tierra. Algunos creyentes incluso afirman que los ovnis provienen de allí.
  • El inframundo en las culturas antiguas: En la mitología griega, el Hades; en la nórdica, Helheim; en diversas culturas precolombinas también hay referencias a mundos bajo la superficie, normalmente asociados a lo espiritual o sagrado.

Es decir: la fascinación por lo que hay bajo tierra no es nueva. Siempre ha estado con nosotros. Pero probablemente tenga más que ver con temas simbólicos, espirituales y psicológicos que con realidades físicas.

¿Y si todo esto fuera más metáfora que ciencia?

Parte del encanto de esta teoría es que nos invita a imaginar. A pensar que aún hay secretos ocultos, civilizaciones enterradas, y mundos que se comunican de forma misteriosa con el nuestro. No hay datos científicos que confirmen la existencia de ciudades dentro de la Tierra, pero hay toneladas de historias, libros de ficción, películas y teorías con tinte esotérico que mantienen viva esta idea.

Y es lógico que lo haga. La posibilidad de otras formas de vida inteligentes, de conocimiento perdido por los siglos o de una segunda humanidad viviendo fuera de nuestro alcance suena como una mezcla irresistible entre Indiana Jones y “Expedientes Secretos X”. ¿Verdad? Aunque la ciencia diga que no es posible, la imaginación colectiva se resiste a enterrarla del todo.

Quizá por eso seguimos fascinados con lo subterráneo. Porque al final, más allá de si hay túneles secretos bajo el Tíbet o entradas en los polos, la idea de mundos ocultos habla tanto de nosotros como de cualquier otro lugar fantástico. Algunos días, pensar que la Tierra esconde un universo bajo nuestros pies es solo una forma más de recordarnos cuánto queda por explorar… en la superficie o no.