Lo que nadie te contó sobre los pies planos (y por qué más gente los tiene de lo que pensás)
Puede que los tengas y no lo sepas. O quizás te lo dijo un médico en la infancia y no le diste importancia. Pero lo cierto es que tener pies planos no es tan raro como algunos creen. De hecho, es bastante común, y entender por qué sucede (y si realmente hay que hacer algo al respecto) es más divertido e interesante de lo que parece.
¿Qué son exactamente los pies planos?
El término “pies planos” se refiere a una condición en la que el arco del pie (esa curva natural en la planta) es bajo o directamente inexistente. ¿Cómo se nota? Fácil: cuando una persona con pies planos se para, casi toda la planta del pie está en contacto con el suelo. En cambio, alguien con un arco más pronunciado va a tener una especie de “puente” que no toca el piso.
Ahora bien, tener pies planos no es una enfermedad ni una malformación. Es una variación anatómica. Tan simple como tener orejas grandes, piernas largas o dedos chuecos. Algunas personas nacen así, otras lo desarrollan con el tiempo.
¿Por qué algunas personas tienen pies planos?
1. Genética: la influencia familiar
Como suele pasar con muchas cosas del cuerpo, la genética tiene mucho que ver. Si tu mamá, tu papá o tus abuelos tienen (o tenían) pies planos, es bastante probable que vos también los tengas. Y no es una regla exacta, pero sí una tendencia fuerte.
De hecho, los pediatras muchas veces le restan importancia cuando detectan arcos bajos en niños pequeños. ¿Por qué? Porque en muchos casos, se trata de lo que se llama “pie plano flexible”, una forma del pie que cambia con el crecimiento. En adolescentes o adultos jóvenes, si el pie no desarrolló un arco muy marcado, seguramente hay un componente genético detrás.
2. Desarrollo infantil: todos nacemos con pies planos (sí, TODOS)
Una verdad poco conocida: todos los bebés nacen con pies planos. ¿La razón? Al nacer, el arco todavía no se formó completamente. Además, la planta del pie de los bebés está cubierta por una capa gruesa de grasa que disimula cualquier forma anatómica. Recién alrededor de los 5 o 6 años de edad los arcos comienzan a definirse. Así que si un niño de 3 tiene pies planos, es completamente normal y esperable.
3. Factores adquiridos: cuando el arco desaparece
No todas las personas nacen con pies planos. Algunas los desarrollan durante la vida adulta. Se le llama pie plano adquirido y puede aparecer por varias razones:
- Lesiones o sobrecarga: personas que corren, caminan o trabajan en pie durante muchas horas pueden ir debilitando progresivamente los tendones del pie, sobre todo el tibial posterior, que es clave en la formación del arco.
- Sobrepeso: el peso extra ejerce mayor presión sobre los pies, lo que puede aplanarlos con el tiempo.
- Envejecimiento: con los años, los tejidos pierden elasticidad y fuerza. El arco puede colapsar lentamente, incluso si toda la vida tuviste un arco normal.
- Embarazo: algunas mujeres experimentan un aplanamiento del arco durante el embarazo por la combinación de peso extra y cambios hormonales.
¿Son un problema los pies planos?
La respuesta corta: depende. Muchas personas con pies planos viven sin ningún tipo de molestia. Caminan, corren, bailan y hacen yoga sin enterarse de que no tienen arco. El problema aparece cuando esta condición viene acompañada de síntomas.
¿Qué síntomas pueden aparecer?
Algunos de los signos que pueden indicar que los pies planos están afectando son:
- Dolor en el talón o el arco
- Fatiga en los pies después de estar mucho tiempo parado
- Dolores en la rodilla, cadera o espalda baja (sí, todo está conectado)
- Desgaste irregular en las suelas del calzado
En estos casos, puede ser útil consultar con un podólogo o un especialista en ortopedia. A veces basta con usar plantillas ortopédicas personalizadas, cambiar el tipo de zapatillas o fortalecer ciertos músculos con ejercicios simples.
¿Se pueden “corregir” los pies planos?
En la mayoría de los casos, no hace falta “corregirlos” porque simplemente no están causando problemas. Pero si los síntomas están impactando tu calidad de vida, hay soluciones.
Además de las plantillas, hay terapias físicas que fortalecen los músculos del pie y del tobillo, mejoran la postura y reducen el dolor. Cirugías mayores son muy poco comunes y se reservan solo para casos extremos o muy dolorosos.
Un dato curioso: muchos atletas tienen pies planos y no presentan dificultades. En algunos deportes, incluso, se considera que tener el pie más pegado al suelo puede dar cierta ventaja en estabilidad.
Así que no, no es el fin del mundo. Y no, no sos el único.
La próxima vez que te quites los zapatos, mirá tus pies con otros ojos. Puede que no tengan arcos altos como los de los libros de anatomía, pero eso no los hace menos útiles, saludables o fuertes. Después de todo, te han llevado hasta acá, y eso ya es bastante.