La fruta con más vitamina C no es la naranja (y seguro no te lo esperás)
Cuando pensás en vitamina C, ¿qué fruta se te viene a la cabeza? Si dijiste “naranja”, estás en la misma que la mayoría. Pero, aunque las naranjas son una buena fuente de esta vitamina, están lejos de ser las que más tienen.
Hay otras frutas que les ganan por goleada, aunque no estén tan presentes en nuestra dieta diaria. Y conocerlas no es solo una cuestión de trivia: tener más opciones ricas en vitamina C puede hacer la diferencia cuando querés fortalecer las defensas, mejorar la piel o simplemente comer más variado.
La verdadera campeona: guayaba
Así es, la guayaba es la fruta con más vitamina C. Y no por poquito. Tiene cerca de 228 mg de vitamina C por cada 100 gramos. Para que te hagas una idea, eso es más de cuatro veces lo que tiene una naranja común (que ronda los 50 mg por cada 100 g).
¿Por qué no es tan popular? Bueno, en muchos países no es parte del consumo cotidiano. Se da en climas tropicales y a veces no se consigue en las góndolas del súper. Pero si podés probarla, hacelo: tiene un sabor ligeramente ácido, entre el durazno y la frutilla, y se puede comer cruda, en jugos o hasta en mermeladas.
Un dato extra que no muchos saben:
Además de su megadosis de vitamina C, la guayaba tiene otros beneficios interesantes: es rica en fibra (ayuda con la digestión), tiene bajo índice glucémico (ideal para personas con diabetes) y es fuente de antioxidantes que mejoran la piel y combaten el envejecimiento celular.
Otros grandes candidatos al podio
Si no conseguís guayaba en tu ciudad o simplemente querés más opciones, hay varias frutas que también superan ampliamente a la naranja en contenido de vitamina C. Acá te listo algunas que te van a sorprender:
- Acerola (Malpighia emarginata): esta cerecita tropical tiene un promedio de 1677 mg de vitamina C por cada 100 g. Sí, leíste bien. Es una bomba de vitamina C, aunque no es fácil de conseguir fresca. A veces se vende en polvo o en suplementos.
- Kiwis: con aproximadamente 90 mg por 100 g, los kiwis no solo son deliciosos: también superan a las naranjas en vitamina C. Además tienen potasio, vitamina E y mucha fibra.
- Moras: por cada 100 g, tienen cerca de 35-60 mg de vitamina C. No son las que más tienen, pero al ser fáciles de comer como snack o en yogur, suman puntos.
- Frutilla (fresa): una taza de frutillas (unos 150 g) aporta más de 80 mg de vitamina C. Un buen motivo para darle con ganas a los batidos o al clásico combo con crema (sin pasarse, claro).
¿Y el limón?
Otra fruta que muchos asocian con la vitamina C, pero no está tan arriba como se cree. Tiene unos 53 mg por 100 g, muy parecido a la naranja. Aun así, sigue siendo buenísimo sumarlo al agua, las ensaladas o los platos con pescado.
¿Qué hace la vitamina C y por qué importa tanto?
Estamos hablando todo el tiempo de “más vitamina C”, pero… ¿por qué nos importa tanto esta vitamina?
Para empezar, es fundamental para el sistema inmunológico. No es que tomar litros de jugo te va a convertir en un superhéroe inmunizado, pero sí ayuda a que las defensas funcionen bien.
También favorece la producción de colágeno (básico para la piel, las encías y los vasos sanguíneos), mejora la absorción del hierro vegetal y tiene propiedades antioxidantes que combaten el daño celular.
Y si sos de los que se resfrían fácil o viven con el pañuelo en la mano durante el invierno, tener buenos niveles de vitamina C puede ayudarte a acortar la duración y la intensidad de los síntomas.
¿Cuánto necesitamos por día?
En adultos, se recomienda un consumo de entre 65 y 90 mg diarios. Pero el cuerpo elimina el exceso (porque es una vitamina hidrosoluble), por lo que consumir un poco extra no representa un problema.
Eso sí, tampoco es cuestión de exagerar con suplementos. Siempre es mejor obtener la vitamina C comiendo frutas y verduras variadas que vienen “con combo”: además de la vitamina, tienen fibra, agua y otros nutrientes.
La próxima vez que pienses en vitamina C…
…quizás te vengan a la mente nuevas frutas, no solo la clásica naranja. La guayaba es la reina indiscutida, pero no estás obligado a ir a buscarla a la otra punta del mundo para mejorar tu consumo de vitamina C. Un par de kiwis, una taza de frutillas o un puñado de moras ya marcan la diferencia.
Y más allá de cuál elijas, lo ideal es sumar variedad. No se trata solo de encontrar “la fruta con más vitamina C”, sino de armar una dieta fresca, sabrosa y que te dé lo que tu cuerpo necesita. A veces, la clave está menos en contar miligramos y más en disfrutar lo que comemos.