Tu celular es más sucio que un inodoro: así de simple
Si estás leyendo esto desde tu celular… bueno, lo siento, pero probablemente tengas la cara demasiado cerca de una mini jungla bacteriana. Y no, no es una exageración. Estudios científicos han demostrado que la superficie de un smartphone puede tener más bacterias que el asiento de un inodoro público. Sí, ese al que evitás tocar incluso con una servilleta.
Pero, ¿qué tan limpia está realmente la pantalla que tocás cientos de veces por día? Spoiler: no muy limpia. Vamos a meternos en este (asquerosamente fascinante) mundo invisible que vive en tu fiel compañero de bolsillo.
¿Qué microorganismos viven en tu celular?
Tu celular es básicamente un penthouse para bacterias. Y lo más loco es que muchas de ellas vienen de vos. Tus manos, tu cara, tu boca y hasta tus orejas transfieren microbios al teléfono constantemente. ¿Y la limpieza? Rara vez llega.
Los sospechosos habituales
- Staphylococcus aureus: presente en la piel y fosas nasales. Algunas cepas son resistentes a antibióticos.
- Escherichia coli (E. coli): sí, la famosa bacteria intestinal. A veces llega a tu teléfono por… razones que preferís no pensar mucho.
- Streptococcus: otra residente frecuente, responsable de algunas infecciones en garganta y piel.
- Hongos y levaduras: sobre todo en personas que usan mucho el celular en el baño o quienes tienen excelente puntería para derramar café.
Un estudio británico de la Universidad de Surrey analizó los teléfonos de estudiantes de biología. ¿El resultado? En muchos casos, encontraron más de 10 veces la cantidad de bacterias que en una taza de inodoro promedio.
¿Cómo se ensucia tanto si solo lo usás vos?
Buena pregunta. Pensamos que, al ser de uso personal, el celular debería mantenerse limpio por “default”. Pero el problema es cómo lo usamos… y dónde lo usamos.
Momento confesionario
Sé honesto: ¿alguna vez usaste el celular en el baño? Estadísticas muestran que más del 80% de las personas lo hacen (¡y muchos ni lo niegan!). Los inodoros generan partículas en aerosol cada vez que se tiran, y esas partículas caen en tu pantalla si el celular está cerca. Ahora sumale a eso que probablemente no lo limpiaste después.
Lo llevás a todos lados
Tu celular va contigo a la cocina, la cama, el transporte público, reuniones y hasta lo apoyás en la mesa del bar. Cada superficie suma su aporte microbiano. Ah, y después lo llevás a tu cara.
El peor enemigo: tus propias manos
Estornudás y sin pensar, respondés un mensaje. Comés papas fritas y después desbloqueás el celular. No te lavás las manos después de andar en subte… y voilà: el festival bacteriano sigue creciendo. Y solo tocamos la punta del iceberg (microbiano).
¿Cómo podés limpiar tu celular sin romperlo?
Ahora que tu nivel de asco llegó a un pico razonable, viene la parte práctica: cómo limpiar tu celular sin dañarlo. Porque, claro, no es como que podés meterlo bajo la canilla (aunque a algunos les gustaría).
Lo que debés hacer
- Usá toallitas desinfectantes sin alcohol isopropílico excesivo. Muchas marcas como Apple recomiendan soluciones con un 70% de alcohol isopropílico o menos.
- Apagá el teléfono antes de limpiarlo. Siempre. No seas esa persona que lo daña por apurarse.
- Pasá el paño suavemente. Nada de frotar como si fuera una olla. Dale cariño, no violencia.
- No uses sprays directos. Nunca rocíes el líquido directamente sobre el equipo. Siempre ponelo en un paño de microfibra.
Lo que no deberías hacer (pero mucha gente hace)
- Meter el celular bajo el agua “porque tiene protección IP68”. Eso NO lo hace impermeable a la vida real.
- Limpiar con limpiavidrios, vinagre o productos abrasivos.
- Usar papel higiénico o servilletas: pueden rayar la pantalla.
¿Y cada cuánto conviene hacerlo?
Lo ideal sería limpiar tu celular al menos una vez al día, especialmente si lo llevaste fuera de casa o si lo apoyaste en superficies dudosas (sí, esa mesa del local de comida rápida cuenta). Si te parece mucho, intentá al menos unas 2–3 veces por semana. Y ojo: no hace falta obsesionarse. Con tener una rutina básica, ya reducís una buena parte del riesgo bacteriano.
También podés usar fundas fáciles de desinfectar, y evitá esas de tela o materiales porosos que atrapan de todo.
¿Realmente importa? Spoiler: sí, y mucho
En la mayoría de los casos, las bacterias del celular no te van a enfermar, pero sí pueden influir en cuestiones como el acné, infecciones leves en ojos, piel o mucosas, y en personas con defensas bajas, incluso cosas más serias.
Además, hay algo psicológico acá. Tener un celular limpio no solo es más saludable, también es más agradable. ¿Viste la satisfacción de ver la pantalla sin huellas ni grasita? Multiplicala por cien sabiendo que además estás eliminando microbios potencialmente peligrosos.
Y ni hablar si compartís el celular con tus hijos. Los niños tienen un sistema inmunológico más frágil, y suelen meterse las manos en la boca después de tocar lo que sea.
Podríamos vivir bien sin pensar en estos detalles… pero con solo dedicarle un minuto por día, te ahorrás una buena cantidad de bicho incómodo en tu vida digital (y física).
Así que sí, la superficie de tu celular probablemente esté bastante sucia. Pero por suerte, también es fácil de limpiar. Con un poquito de atención, podés seguir tocando la pantalla sin miedo de estar “dándote la mano” con E. coli todas las mañanas.