Los virus: ¿seres vivos o no? La ciencia aún no se pone de acuerdo

Descubre por qué los virus son tan intrigantes y desafían las definiciones de vida. ¿Son seres vivos o entes biológicos? ¡Entérate!

¿Son seres vivos los virus? La pregunta que sigue dividiendo a la ciencia (y que probablemente te volará la cabeza)

Algunos los consideran los zombis del microcosmos. Otros, meros paquetes de información viajando en busca de una célula que “infectar”. Pero sea cual sea la definición que elijas, hay una cosa clara: los virus son unos de los entes más intrigantes que existen. Si alguna vez te preguntaste si los virus son seres vivos, no estás solo. Esta duda ha atravesado aulas, laboratorios y debates científicos por décadas. Spoiler: la respuesta no es tan sencilla como un sí o un no.

¿Qué significa estar vivo?

Parece obvio, pero no tanto. Antes de meter a los virus en la bolsa de lo “vivo”, hay que tener claro qué demonios significa eso. Ser un ser vivo implica cumplir con ciertas características que la biología ha definido, más o menos, así:

  • Tener una estructura celular
  • Reproducirse
  • Responder a estímulos del entorno
  • Usar energía para realizar funciones
  • Mantener un ambiente interno estable (homeostasis)
  • Crecer y desarrollarse
  • Adaptarse a través de la evolución

Los animales, plantas, bacterias y hongos cumplen todas estas reglas. Lo interesante es que los virus solo tildan algunas de esas casillas, y eso es lo que genera el eterno debate.

Lo que sí hacen (y lo que definitivamente no)

Para entender por qué los virus están en esta especie de limbo biológico, miremos qué pueden hacer y qué no pueden hacer por sí mismos.

✔️ Lo que sí hacen:

  • Contienen material genético (ADN o ARN), como cualquier ser vivo.
  • Pueden evolucionar y mutar con rapidez. Por eso tenemos nuevas variantes de virus como el SARS-CoV-2 cada cierto tiempo.
  • Son altamente específicos: cada virus ataca a ciertas células y no a otras. Eso no es casual, es fruto de una coevolución muy fina.

❌ Lo que no hacen:

  • No están hechos de células. Esto ya los deja fuera del club de los organismos tradicionales.
  • No tienen metabolismo. No producen su propia energía ni transforman sustancias para mantenerse.
  • No se pueden reproducir por sí mismos. Necesitan entrar en una célula y secuestrar su maquinaria como si fuera un parásito molecular.

Por eso, muchos científicos los consideran “organismos en el borde de la vida”. O directamente, “entes biológicos”. Suena un poco oscuro, pero encaja.

Las dos escuelas de pensamiento

Si hablamos de la definición de vida, los virus sacan lo peor de los académicos: discusiones eternas, definiciones que se reformulan, artículos científicos cruzados… De verdad, los virus son el semillero de memes académicos.

En la práctica, hay dos grandes formas de ver este asunto:

Escuela 1: Los virus no están vivos

Esta visión se apoya en el hecho de que, fuera de una célula, un virus es poco más que una cápsula inerte. No respira, no crece, no responde. Parece más un USB biológico flotando, esperando que alguien lo enchufe.

Desde esta perspectiva, los virus son productos de la evolución, sí, pero no cumplen las funciones básicas de la vida por sí solos. Son algo así como “vida potencial”.

Escuela 2: Los virus están vivos, pero a su manera

Esta visión argumenta que, si consideramos la capacidad de evolutiva como la más importante de todas las características de la vida, los virus no solo califican, sino que son un ejemplo extremo de eficiencia evolutiva.

Además, la biología ya ha aceptado casos atípicos como las bacterias sin núcleo o las arqueas extremas que viven en volcanes. ¿Por qué no hacerle lugar a los virus en este zoológico ampliado de lo vivo?

El problema es que muchas de estas definiciones se construyeron cuando no se conocían tantas excepciones. Y los virus son, sin quererlo, el ejemplo perfecto de cómo la biología no siempre sigue sus propias reglas.

Cosas que probablemente no sabías sobre los virus

Ya que estamos, tiramos algunos datos que muestran lo fascinante (y raro) del mundo viral:

  • Hay virus gigantes como el Mimivirus, que son más grandes que algunas bacterias. Tienen genomas enormes y estructuras complejas, rompiendo el molde del “virus simple”.
  • Hay más virus que estrellas en el universo. En serio. Una gota de agua de mar puede contener hasta 10 millones de virus.
  • Tu propio cuerpo está repleto de ellos. Se estima que hay más virus que células humanas en el cuerpo, la mayoría inofensivos o incluso beneficiosos.
  • Algunos virus pueden “infectar” a otros virus. Estos se llaman virofagos (sí, virus que comen virus, casi como un Inception microbiano).

Con todo esto en mente, podríamos decir que los virus desafían nuestros intentos de catalogar la vida como si fuera una lista de supermercado. Viviente o no viviente, quizás estamos preguntando mal, y deberíamos empezar a pensar en la vida como un espectro, una escala de grises en la que los virus ocupan un lugar intermedio, incómodo y fascinante.

Así que la próxima vez que alguien dude si los virus son seres vivos o no, podés responder con un confiado “depende”, y empezar una charla que, créeme, puede durar horas. ¿Y si ese virus que parece inerte es, en realidad, una de las formas de vida más exitosas del planeta? Qué locura.