Qué es un eclipse anular y por qué parece un anillo de fuego

Descubrí cómo ocurre un eclipse anular, qué lo diferencia del total y por qué genera un impactante anillo de fuego en el cielo.

¿Qué es un eclipse anular y por qué parece un anillo de fuego?

¿Alguna vez viste una foto de un eclipse que parecía sacada de una película de ciencia ficción, con un círculo incandescente en el cielo? Probablemente te topaste con un eclipse anular. Este fenómeno impresionante ocurre cada cierto tiempo y, aunque no oscurece por completo el sol como lo hace un eclipse total, tiene su propio encanto visual: un anillo brillante alrededor de la luna. Y sí, suena tan espectacular como se ve.

El eclipse anular es uno de esos momentos en los que la naturaleza nos recuerda cuán milimétricamente calculado está todo en el universo. Pero, ¿cómo funciona realmente? ¿Por qué no cubre todo el sol? ¿Es peligroso mirarlo? Y lo más importante: ¿cuándo podrías ver uno?

El truco detrás del “anillo de fuego”: una cuestión de perspectiva cósmica

Para entender cómo funciona un eclipse anular, primero hay que recordar algo básico: la luna gira alrededor de la Tierra, y la Tierra gira alrededor del sol. Hasta ahí, todo bien. Lo curioso es que, aunque el sol es 400 veces más grande que la luna, también está 400 veces más lejos. Por eso, desde la Tierra, ambos se ven prácticamente del mismo tamaño.

Ahora bien, la órbita de la luna no es un círculo perfecto, sino una elipse. Esto significa que a veces está un poco más cerca de nosotros (lo que se llama perigeo) y otras veces, más lejos (apogeo). Cuando ocurre un eclipse solar justo en el apogeo, la luna no logra cubrir completamente el sol. Entonces, se forma un aro de luz solar alrededor de la silueta lunar: el famoso “anillo de fuego”. Eso es un eclipse anular.

¿Qué lo diferencia de un eclipse total?

  • En un eclipse total, la luna cubre completamente al sol. El cielo se oscurece como si fuera de noche por unos minutos.
  • En un anular, la luna pasa frente al sol, pero al ser un poco más “pequeña” visualmente, deja un borde brillante alrededor.

Ambos eclipses son solares, pero solo el anular forma esa imagen tan icónica que parece salida de un videoclip de los años 90.

¿Es seguro mirar un eclipse anular?

No, no lo es. Aunque la luna tape la mayoría del sol, durante un eclipse anular siempre queda una parte de la luz solar visible. Y esa luz sigue siendo lo suficientemente intensa como para dañar la vista si la mirás directamente.

¿La buena noticia? Hay formas seguras de disfrutarlo. Algunas recomendaciones:

  • Gafas especiales para eclipses: no sirven los anteojos de sol comunes, necesitás unas que cumplan con el estándar ISO 12312-2.
  • Proyección con una cartulina: haciendo un pequeño agujero en una hoja y proyectando la imagen sobre otra superficie.
  • Filtros solares certificados si vas a usar telescopio o binoculares (sin ellos, podrías derretir el equipo y dañar tus ojos).

Así que sí, podés mirar un eclipse anular… pero con los elementos adecuados. Y si no tenés ninguno a mano, mejor disfrutarlo desde una transmisión en vivo que arriesgarte a una visita de emergencia al oftalmólogo.

¿Cada cuánto ocurre un eclipse anular? ¿Y dónde se pueden ver?

Los eclipses solares (ya sean totales, parciales o anulares) ocurren al menos dos veces por año en alguna parte del mundo. Pero no siempre son visibles desde donde estás. Además, los eclipses anulares son mucho más raros de ver desde un mismo punto de la Tierra.

En promedio, un eclipse anular es visible desde un lugar específico aproximadamente una vez cada 200 o 300 años. Sí, leíste bien. Por eso, cuando uno se anuncia en tu región, vale la pena marcarlo en el calendario.

Cómo saber si vas a ver uno:

Hay sitios como Time and Date o la NASA que publican calendarios detallados con fechas y mapas de visibilidad de los eclipses. También hay apps que te avisan si vas a estar en la “franja de visibilidad”, que suele ser un recorrido estrecho de unos cientos de kilómetros de ancho donde el eclipse se ve en su máxima expresión.

Si te quedás fuera de esa franja, es probable que veas un eclipse parcial, donde solo una parte del sol queda cubierta por la luna. No es lo mismo, pero sigue siendo interesante (y también requiere protección visual).

Un ejemplo reciente

El 14 de octubre de 2023, se pudo ver un eclipse anular a través de América Central y partes de América del Norte y del Sur. En Estados Unidos, pasó por estados como Oregón, Texas y Nuevo México. En todos esos lugares, millones de personas se reunieron en parques, terrazas y desiertos para ver el espectáculo celeste. Y con razón: el próximo en esa zona será recién dentro de varias décadas.

Estos fenómenos son tan espectaculares como efímeros. El momento máximo de un eclipse anular puede durar solo unos minutos, dependiendo del lugar desde donde se vea.

Así que podés imaginar la ansiedad combinada con emoción que vive la gente minutos antes de que empiece uno.

Al final, ver un eclipse anular no es solo una experiencia científica o astronómica, sino un momento casi poético. Hay algo mágico en saber que, durante unos minutos, tres cuerpos gigantes como la Tierra, la Luna y el Sol se alinean de forma exacta, justo frente a nuestros ojos.

Y aunque ya sepamos la explicación física detrás, ese anillo ardiente en el cielo sigue causando el mismo asombro ancestral que generaba hace miles de años. Un recordatorio, en plena era de pantallas y algoritmos, de que el universo todavía tiene sus propios espectáculos.