¿La música ayuda a crecer a tus plantas? Esto dice la ciencia

Estudios científicos exploran si la música influye en el crecimiento y salud de las plantas. Descubrí qué sonidos podrían beneficiarlas.

¿Ponerle Mozart a tu potus sirve de algo? Lo que dice la ciencia sobre si las plantas responden a la música

¿Esa playlist lo-fi que le ponés a tus plantas las ayuda a crecer más rápido o solo te hace sentir como botánico zen? La idea de que la música puede influir en las plantas parece sacada de una charla new age… pero tiene más historia (y ciencia) de lo que parece.

Si alguna vez te preguntaste si ponerle reggaetón a tu cactus alegre puede arruinarle el día (o la vida), esto te va a interesar.

¿De dónde salió la idea de que las plantas escuchan música?

No es algo nuevo. Desde los años 60 existe la teoría de que las plantas responden a estímulos sonoros. Uno de los libros más influyentes sobre esto fue The Secret Life of Plants (1973), de Peter Tompkins y Christopher Bird. Aunque el libro mezcla observación con espiritualidad y bastante pseudociencia, ayudó a popularizar la idea de que las plantas tienen sentidos “ocultos”.

Incluso antes de eso, en 1962, un biólogo indio llamado T.C. Singh realizó experimentos en los que aseguró que plantas sometidas a música clásica crecían más rápido. Como era de esperar, el mundo científico fue escéptico. Pero desde entonces, muchos investigadores retomaron el tema con métodos más rigurosos.

Hoy en día tenemos algunos estudios interesantes, aunque no tan concluyentes, que intentan dar una respuesta a esta gran pregunta botánica: ¿las plantas realmente responden a la música?

¿Qué dice la ciencia actual sobre las plantas y la música?

Las plantas no tienen oídos, pero sí perciben vibraciones

A diferencia de los humanos, las plantas no tienen sistema nervioso central, ni oído medio, ni nada que se le parezca. Entonces, ¿cómo podrían “escuchar”? El punto clave acá no es el sonido como lo conocemos nosotros, sino las vibraciones.

Las ondas sonoras son, en esencia, vibraciones en el aire. Y resulta que las plantas pueden percibir y reaccionar a ciertos tipos de vibraciones mecánicas.

  • Un estudio de la Universidad de Missouri en 2014 demostró que algunas plantas pueden “sentir” el sonido de las orugas masticando hojas cercanas, y activar mecanismos de defensa incluso antes de ser atacadas.
  • En Corea, investigadores expusieron plantas de arroz a frecuencias entre 125 Hz y 250 Hz durante varias horas al día. Detectaron cambios genéticos similares a los que se dan en la respuesta al estrés o al crecimiento.
  • Otros experimentos registran aumentos en la germinación de semillas o floración más temprana cuando se reproduce música constante. Aunque no todos los estudios logran los mismos resultados.

Así que, aunque no “escuchan” en sentido estricto, ciertas frecuencias podrían influir en procesos celulares mediante vibraciones.

No toda música es buena música (para las plantas)

Y sí, como los humanos, las plantas también parecen tener preferencias. Varios experimentos caseros y académicos compararon distintos géneros musicales para ver si había alguna diferencia significativa en cómo reaccionaban los vegetales.

Los resultados suelen apuntar a lo siguiente:

  • La música clásica suave (tipo Mozart, Bach o incluso algo de Debussy) tiende a mostrar efectos positivos en el crecimiento y la salud de las plantas.
  • El rock pesado, el metal o sonidos muy estridentes pueden generar estrés e incluso “rechazo”, como cuando las hojas se alejan de la fuente sonora.
  • El silencio absoluto no siempre es lo mejor: algunas plantas expuestas a música suave crecieron más que sus compañeras en un entorno silencioso.

O sea, ponerle death metal a tu suculenta puede no ser una gran idea. Pero que un poco de jazz suave le dé onda al ambiente y de paso ayude a tu helecho, no está tan loco.

¿Y esto sirve para todas las plantas o solo algunas?

Buena pregunta. No todas las especies reaccionan igual, y eso complica las conclusiones generales. Las respuestas dependen del tipo de planta, su estado de salud, el ambiente, la frecuencia del sonido, el volumen y el tiempo de exposición.

Por ejemplo:

  • Las plantas trepadoras (como el frijol o la enredadera de exterior) suelen mostrar respuestas más notorias a estímulos externos.
  • Las flores de interior como las orquídeas pueden no mostrar ningún cambio notable con la música.
  • Las plantas comestibles (lechuga, tomate, espinaca) han mostrado aumentos leves en tasa de germinación bajo ciertas frecuencias.

En resumen: hay que probar. No hay una playlist universal para todo el reino vegetal, pero sí señales de que a algunas especies les gusta el ambiente musical.

Entonces… ¿le pongo o no le pongo música a mis plantas?

Ponerle música a tus plantas no va a convertir tu departamento en la selva de Avatar en dos semanas, pero podría generar efectos positivos. Especialmente si usás música suave, en volúmenes moderados y durante unas pocas horas al día. Nada de altavoces colgados junto a la maceta con techno a 4 beats por segundo.

Y aunque todavía no hay consenso total entre los científicos, no hay riesgos en experimentarlo. Al fin y al cabo, hasta si el único beneficiado sos vos por el clima que se genera, vale la pena.

Al final, esa conexión mágica entre cuidar tus plantas y elegirles una banda sonora puede que no sea solo sensibilidad millennial… Hay vibraciones que, literalmente, hacen bien. Para ellas y para vos.