¿Sirve de algo ponerse rodajas de pepino en los ojos? Te contamos lo que dice la ciencia (y lo que no)
Es casi una escena obligada en cualquier comedia romántica o spa de película: una persona recostada, con una bata mullida, mascarilla facial y… rodajas de pepino cubriendo los ojos. Pero más allá del cliché visual, ¿qué tan efectiva es realmente una máscara de pepinos para los ojos? ¿Funciona o es puro placebo con aroma a ensalada?
Por qué usamos pepino en los ojos (y de dónde salió esa idea)
La tradición de usar pepino en los ojos no surgió por casualidad. Este vegetal contiene un 95% de agua, y desde hace siglos se lo ha utilizado para calmar la piel. Hay registros de su uso en la antigua India y en tradiciones del sudeste asiático, como remedio natural para aliviar la hinchazón ocular y refrescar el área del rostro.
Pero el verdadero boom visual llegó con el auge del autocuidado “instagrameable”, donde todos buscamos tanto vernos bien como parecernos tranquilos. Ahí es donde el pepino hizo su entrada triunfal como símbolo de relax y belleza natural.
Ahora, más allá del aspecto estético… ¿qué es lo que realmente hace el pepino cuando lo ponés sobre tus párpados?
Lo que el pepino realmente puede hacer por tus ojos
Vamos al grano: el pepino sí puede ayudar, pero dentro de ciertos límites. No hace milagros, pero tampoco es puro cuento.
Propiedades refrescantes y antiinflamatorias
Cuando colocás rodajas frías de pepino sobre tus ojos, lo que hacés no es solo un gesto simbólico. El frío ayuda a reducir temporalmente la inflamación, lo cual puede deshinchar esa molesta hinchazón matutina o después de una larga jornada frente a la pantalla.
Además, el pepino contiene antioxidantes como vitamina C y ácido caféico, conocidos por ayudar a calmar la piel irritada y combatir el envejecimiento cutáneo. También tiene flavonoides, que podrían contribuir levemente a reducir el enrojecimiento y la irritación alrededor del ojo.
Hidratación y frescura instantánea
Su alto contenido de agua ayuda a hidratar la piel de forma superficial. Sentís el alivio enseguida porque el contacto fresco y húmedo relaja la zona ocular, que suele estar entre las más sensibles y secas del rostro.
¿Y las ojeras?
Acá es donde viene la letra chica. Las ojeras son rebeldes y pueden tener causas muy distintas: genética, falta de sueño, mala alimentación o circulación deficiente. El pepino no tiene superpoderes para tratarlas en profundidad.
Lo máximo que puede hacer es atenuar temporalmente su apariencia, sobre todo si la zona está inflamada. Pero no las elimina, ni mucho menos actúa sobre la pigmentación oscura que muchas personas tienen de forma permanente.
¿Qué tan efectivo es comparado con otros productos?
Hay muchas opciones en el mercado para cuidar la piel del contorno de ojos. Algunas cremas contienen ingredientes como retinol, péptidos, ácido hialurónico o cafeína, formulados específicamente para reducir arrugas, bolsas y ojeras con efectos que —si bien tampoco son milagrosos— están más respaldados por la ciencia cosmética.
Frente a eso, el pepino es una opción natural, económica y relajante, pero su efectividad es 100% temporal. Si buscás resultados de más largo plazo o tenés alguna afección dérmica más seria, lo ideal es consultar con un dermatólogo y usar productos específicos para tu necesidad.
Ahora bien, si solo querés darte un momento de descanso, desconectar 10 minutos del mundo y refrescar la mirada, el pepino sigue siendo un clásico infalible.
Consejos para usarlo bien (y no sentirte una ensalada sin sentido)
Si te tentaste y querés probar este clásico de spa sin moverte del sillón de casa, acá van algunos consejos para aprovechar al máximo la experiencia:
- Usá pepino recién sacado de la heladera. El frío es lo que más ayuda a reducir la hinchazón.
- Cortá rodajas gruesas para que se mantengan húmedas más tiempo (2 a 3 mm está bien).
- Recliná la cabeza para que se mantengan en su lugar y no terminen en el piso.
- No lo dejes más de 15 minutos. A partir de ahí, el pepino pierde frío y humedad, y deja de hacer efecto.
- Higiene: lavá bien el pepino antes de usarlo y asegurate de tener la cara limpia para evitar irritaciones o bacterias.
Y un tip extra: aprovechá ese tiempo de relax para no mirar el celular. Cerrá los ojos y respirá un poco profundo. Eso también ayuda a desinflamar la cara —y el alma.
Entonces… ¿vale la pena?
Si entendés para qué sirve realmente —y para qué no—, sí, ponerse rodajas de pepino en los ojos es una práctica que puede tener beneficios concretos. No va a desaparecer ojeras de un día para el otro, pero puede ayudarte a quitar la cara de “recién me levanté” o relajar después de un día de pantallas.
No es magia, es física (enfriamiento) y algo de química natural. Pero, sobre todo, es una excusa perfecta para darte un par de minutos sin hacer nada, lo cual a veces es todo lo que necesitamos para sentirnos un poco mejor.