¿Calentar la comida puede matarte? Lo que nadie te cuenta sobre los microondas
Desde que llegaron nuestras vidas, los microondas han sido señalados, venerados… y también temidos. Sí, ese pequeño electrodoméstico que calienta tu café en segundos o revive las sobras del almuerzo es tema de conspiraciones, mitos y hasta noticias falsas. Pero ¿qué hay de cierto en eso de que los microondas son peligrosos?
¿De verdad podrían estar dañando tu cuerpo y tu comida sin que te des cuenta? Si alguna vez lo pensaste mientras mirabas cómo da vueltas tu plato en silencio, este artículo es para vos.
¿Cómo funciona un microondas y por qué se ganó tan mala fama?
Para entender si los microondas son peligrosos, primero hay que entender qué hacen. En términos simples, este electrodoméstico calienta la comida usando ondas electromagnéticas, específicamente microondas (de ahí su nombre), que hacen vibrar las moléculas de agua. Esa vibración genera calor… y ese calor calienta tu comida. Literalmente, no es magia, es física.
Entonces ¿por qué se cree que son peligrosos? Hay algunos miedos que circulan desde su invención:
- Radiación: La palabra en sí asusta. Pero el tipo de radiación que usa el microondas no es ionizante. A diferencia de los rayos X o la radiación nuclear, no altera la estructura de las moléculas ni afecta al ADN.
- Fugas: Algunos aseguran que los hornos microondas emiten radiación al exterior. La realidad: los microondas están construidos con puertas especialmente diseñadas para evitar esto. Hay normativas internacionales estrictas para evitar fugas. Incluso si algo se filtrara, la intensidad disminuiría tan rápido que tendrías que tener la cara pegada al vidrio durante mucho tiempo. No recomendable por razones obvias (aunque no por la radiación).
- “Destruyen los nutrientes”: Otro clásico. Se cree que cocinar en microondas arruina la comida. Spoiler: no. De hecho, en muchos casos mantiene más nutrientes que métodos tradicionales como hervir.
Estas ideas, mezcladas con rumores en redes y cadenas de WhatsApp, alimentaron el mito. Pero cuando miramos la ciencia en serio, no hay mucho sustento detrás del miedo.
¿Calentar comida en microondas es malo para la salud?
La duda recurrente: si uso el microondas todos los días, ¿me va a pasar algo? Vamos por partes.
1. ¿Produce cáncer?
No, según la Organización Mundial de la Salud y numerosos estudios científicos. El microondas no emite radiación ionizante, que es la que puede dañar las células y, a largo plazo, producir cáncer. La radiación que emite este aparato solo genera calor. No altera la comida ni deja “energía residual”.
Es decir, una lasaña calentada en microondas no es menos sana que una hecha en horno convencional. Lo que sí puede afectarte es qué contiene esa lasaña, pero ese es otro tema muy distinto.
2. ¿Qué pasa con los envases?
Aquí sí hay algo importante. Algunos plásticos, al calentarse, pueden liberar químicos (como el bisfenol A o BPA). Por eso no es recomendable colocar cualquier tupper en el microondas. La clave es simple: fijate si el envase tiene la etiqueta “Apto para microondas”.
Hay plásticos diseñados para soportar ese tipo de calor sin desprender sustancias peligrosas. No es el microondas en sí el problema, sino el material que usás para calentar.
3. ¿Pierde nutrientes la comida?
Todos los métodos de cocción alteran los alimentos de alguna manera. Pero lejos de ser el “villano”, el microondas puede ser más amigable que otros. Por ejemplo:
- Los vegetales conservan más vitaminas al cocinarlos en microondas con poca agua, frente a hervirlos.
- Menos tiempo de cocción implica menos degradación de compuestos sensibles como la vitamina C.
Un estudio publicado en el Journal of Food Science encontró que la cocción en microondas preserva mejor los antioxidantes de ciertos vegetales en comparación al cocido tradicional. Nada mal, ¿no?
Los errores más comunes que sí deberías evitar
Ahora que sabemos que el microondas no es el fin del mundo, hay ciertos errores que sí pueden hacer que te lleves un buen susto (no por la radiación, sino por quemarte o arruinar la comida).
1. Calentar huevos con cáscara
Por algún motivo, varios lo intentan. Spoiler: explotan. Literal. El vapor se acumula dentro y no tiene por dónde salir. Resultado: desastre (y huevo en las paredes del micro).
2. Usar papel metálico o envases con decoración dorada
Eso puede generar chispas, incendios y arruinar tu aparato. Si alguna vez viste fueguitos en tu microondas, es por eso. Consejo: nada metálico, punto.
3. Recalentar líquidos sin removerlos
El agua puede calentarse más allá de su punto de ebullición sin hervir visiblemente. Al moverla o meter una cuchara, puede “explotar” hacia arriba. Siempre remové antes y después.
Y, adicional: no uses el microondas para desinfectar esponjas. Podés prenderlas fuego. Literalmente.
Entonces… ¿puedo usar mi microondas tranquilo?
Sí, podés. Sin dramas. Siempre que lo uses correctamente y con sentido común, el microondas es una de las formas más seguras y rápidas de calentar comida. No te va a freír el cerebro ni modificar tus genes. No te va a dar cáncer. No destruye mágicamente todas las vitaminas del brócoli. Y, en serio, tampoco es un arma encubierta del gobierno.
Como casi todo en la vida moderna, hay que usarlo bien. Y si el plato gira, calienta parejo, usás envases correctos y no metés cosas raras, el microondas puede seguir siendo tu mejor aliado en la cocina rápida. Así que la próxima vez que escuches a alguien decir “eso seguro es malo, lo calenté en el microondas”, ya sabés que esa frase no tiene mucho sustento.