¿Por qué da hipo y cómo quitarlo de verdad? Explicación completa

Descubrí qué es el hipo, por qué sucede y cuáles son los métodos reales para eliminarlo, según la ciencia y la experiencia cotidiana.

¿Por qué nos da hipo y cómo se quita? Lo que nadie te explicó (hasta ahora)

Te pasa en la oficina, en una cita o justo cuando estás por decir algo importante: el infame “¡hip!” aparece sin avisar. Es raro, molesto y muchas veces te deja en ridículo. Pero… ¿qué es realmente el hipo? ¿Por qué sucede? ¿Y cómo se quita (de verdad)? Spoiler: beber agua de cabeza no es la solución universal.

¿Qué es exactamente el hipo y por qué nos pasa?

El hipo es un espasmo involuntario del diafragma, el músculo principal que usamos para respirar. Justo después de ese espasmo, las cuerdas vocales se cierran rápidamente, produciendo ese sonido tan inconfundible: “hip”. Técnicamente se llama mioclono diafragmático, pero tranquilo, no necesitas aprender ese nombre para entenderlo.

Ahora, la gran pregunta: ¿por qué el diafragma se pone quisquilloso?

  • Comer muy rápido: Tragar aire al comer hace que el estómago se expanda rápidamente y toque el diafragma, provocando esos espasmos.
  • Tomar bebidas carbonatadas: Sí, tu adorado agua con gas puede ser un desencadenante. El gas estomacal generado presiona el diafragma.
  • Cambios bruscos de temperatura: Pasar de un café hirviendo a agua helada puede irritar al nervio frénico, que controla el diafragma.
  • Estrés y emociones fuertes: Aunque suena loco, las emociones intensas activan al sistema nervioso autónomo, que puede alterar la respiración involuntaria.

Y si te lo preguntás: sí, el hipo también afecta a los fetos en el útero. No sos tan especial, prepárate para eso si estás embarazada… o esperando un sobrino.

Desmentimos los remedios caseros más populares (spoiler: funcionan “a veces”)

Antes de ir a lo científico, vale la pena revisar los clásicos que nos han hecho tragar aire, asustarnos y reírnos de nosotros mismos en reuniones familiares:

1. Aguantar la respiración

Esto sí tiene base científica. Al dejar de respirar momentáneamente, aumentamos temporalmente el CO₂ en la sangre, lo cual puede calmar al diafragma. Pero no te emociones: no funciona siempre, y tampoco es para que te desmayes intentándolo.

2. Beber agua al revés

Beber agua desde el borde opuesto del vaso mientras te inclinas hacia adelante no suena muy lógico… pero funciona para algunas personas. ¿Por qué? Porque altera levemente el patrón de respiración y distracción muscular. En otras palabras, tu cuerpo se “confunde”.

3. Susto sorpresa

¿Asustar a alguien cura el hipo? En parte. El susto activa el sistema nervioso simpático y puede “resetear” la señal nerviosa irregular que causa el espasmo. Aunque claro, también es una receta para perder amistades si no lo haces con cuidado.

Veredicto:

Muchos remedios caseros funcionan por la distracción del patrón respiratorio. No hay una cura mágica, pero al forzar cambios en la forma en la que respirás o tragás, podés darle un respiro al diafragma… con suerte.

¿Qué dice la ciencia? Soluciones avaladas por médicos

Los médicos y científicos han estudiado el hipo más de lo que imaginamos. De hecho, existen tratamientos formales para hipos persistentes (esos que duran más de 48 horas, y sí, son más comunes de lo que creés).

¿Qué recomiendan los expertos para el hipo ocasional?

  • Respirar dentro de una bolsa de papel: Similar a aguantar la respiración, esto aumenta el CO₂ y ayuda al diafragma a relajarse.
  • Tragar una cucharada de azúcar: Este viejo truco tiene cierta lógica: el estímulo repentino en la garganta puede interferir con el ciclo del hipo. Y bueno, es dulce.
  • Ejercicios vagales: Y no, no es yoga. Estimular el nervio vago (implicado en el reflejo del hipo) puede ayudar. ¿Cómo se hace? Tosé intencionalmente, hacé gárgaras o bebé agua en pequeños sorbos.

¿Y si el hipo no se va?

Si te dura más de 48 horas o vuelve constantemente sin razón, puede ser un síntoma de algo más serio: desde reflujo gástrico hasta problemas neurológicos. No queremos sonar alarmistas, pero cuando se hace crónico, hay que consultar al médico.

Bonus: los datos más curiosos sobre el hipo (porque sí, hay récord mundial)

  • El caso más largo de hipo registrado duró 68 años. Charles Osborne comenzó a tener hipo en 1922… y no paró hasta 1990. Se calcula que llegó a tener 430 millones de hipos.
  • Los animales también tienen hipo. Gatos, perros y hasta algunos reptiles experimentan episodios similares. Aparentemente, no nos salvamos nadie.
  • Hay personas con hipo musical. Algunos casos raros muestran que, al producirse, el sonido del hipo tiene un tono musical constante. No es útil, pero sí divertido.

El hipo es una de esas pequeñas rarezas del cuerpo que todos sufrimos, pero pocos entendemos. Puede ser incómodo, gracioso o simplemente inoportuno. Pero al menos ahora sabés por qué te da hipo y cómo se puede quitar (sin invocar brujerías).

Y la próxima vez que alguien esté hipando como metralleta en mitad de una videollamada, ya tenés una carta bajo la manga más allá del clásico “tomá agua”. Porque a veces, ser el que sabe cosas inútiles (pero útiles cuando toca) también es un superpoder.