¿Qué dice tu dibujo de un árbol o una persona bajo la lluvia sobre vos? Spoiler: mucho más de lo que pensás
Seguro alguna vez lo escuchaste: “Dibujá un árbol” o “hacé un dibujo de una persona bajo la lluvia”. Y no, no es solo una actividad para matar el tiempo. Estos famosos test proyectivos psicológicos, aunque parezcan simples juegos, revelan más sobre nuestra personalidad, emociones y maneras de enfrentar la vida que muchas palabras. Hoy te contamos para qué sirven realmente, cómo los usan psicólogos y qué pueden decir sobre vos.
¿Qué es el test de dibujar un árbol y una persona bajo la lluvia?
Ambos dibujos forman parte de los llamados tests proyectivos gráficos, técnicas que usan el dibujo como medio para explorar el mundo interno de una persona. Están lejos de ser “test de revista”, aunque en redes sociales a veces se los trivializa.
Test del árbol
También conocido como HTP (House-Tree-Person o Casa-Árbol-Persona), fue desarrollado por el psicólogo John Buck en 1948. La idea es sencilla: pedirle a alguien que dibuje un árbol (a veces también una casa y una persona), y luego analizar elementos como:
- El tamaño del árbol
- La forma del tronco y las ramas
- Si tiene raíces
- Si está solo, seco, caído, florido, etc.
Según los especialistas, el árbol simboliza el yo profundo. Un árbol firme con raíces fuertes puede reflejar una personalidad con estabilidad y sentido de pertenencia. En cambio, un árbol sin raíces, torcido o a punto de caerse podría expresar falta de conexión con el entorno o inestabilidad emocional.
Test de la persona bajo la lluvia
Este test en particular es súper interesante porque incluye una situación estresante: la lluvia. Por eso, se usa mucho para evaluar cómo alguien enfrenta dificultades, su nivel de ansiedad o sus habilidades de afrontamiento.
Se pide que se dibuje a una persona cualquiera bajo la lluvia, sin más instrucciones. Y en ese dibujo, los psicólogos observan:
- ¿La persona tiene paraguas?
- ¿Tiene cara? ¿Muestra emociones?
- ¿Está mojada, caminando, corriendo?
- ¿O simplemente quieta como si nada pasara?
Una figura que lleva paraguas, por ejemplo, puede simbolizar recursos personales para hacer frente a situaciones difíciles. Un dibujo en el que la lluvia lo empapa todo y la persona no parece defenderse, puede decir otra cosa muy distinta. Todo eso se traduce en pistas sobre la forma en que enfrentamos la vida diaria.
¿Por qué se siguen usando si no hay opciones correctas o puntajes?
Lo más llamativo de estos test es que no tienen una respuesta correcta o incorrecta. No se califican como un examen. Y eso, lejos de ser una desventaja, es lo que los hace tan potentes.
La lógica es que al no haber indicaciones estrictas, cada persona proyecta en el dibujo aspectos inconscientes de su personalidad. Lo que elegimos dibujar, cómo lo hacemos, qué elementos agregamos o dejamos afuera, y hasta el espacio que usamos en la hoja, hablan por nosotros.
Un ejemplo: dos personas dibujan árboles. Uno hace un árbol enorme, casi sin margen para otra cosa. El otro, algo pequeñito, en un rincón del papel. Aunque ambos cumplieron con la consigna “dibujá un árbol”, los psicólogos podrían interpretar detrás eso una necesidad de control por parte del primero, y cierta inseguridad o retraimiento por parte del segundo.
¿Y si dibujo mal?
Tranquilo. No es un examen de arte. De hecho, no importa cuán “feo” te salga el dibujo. Lo que interesa es qué decidiste incluir, cómo usaste el espacio y la composición general. Muchos adultos se traban con esto (“no sé dibujar”, “me va a salir desastroso”), pero el dibujo es solo una puerta para abrir conversaciones más profundas.
Aplicaciones reales: desde clínicas psicológicas hasta entrevistas laborales
Puede sonar raro, pero estos test no son solo cosa de psicólogos clínicos. Muchas empresas los usan en procesos de selección laboral, especialmente cuando buscan gente para puestos de liderazgo, atención al público o trabajos con alta carga emocional.
En esos contextos, el test de la persona bajo la lluvia les permite ver cómo el candidato puede desenvolverse frente al estrés. ¿Bloquea el problema? ¿Actúa con recursos? ¿Anticipa dificultades y se prepara?
También se usan en terapias psicológicas cuando las palabras no alcanzan. Por ejemplo, pacientes que no logran expresar lo que sienten, personas con trauma o chicos que todavía no pueden hablar de ciertos temas. Ahí el dibujo es una herramienta clave para abrir otros modos de comunicación interna.
Incluso se ha usado en contextos judiciales o forenses. Hay casos documentados en que el dibujo de un árbol dio pistas importantes sobre situaciones de abuso, neglect o estados emocionales graves en personas que no podían ponerlo en palabras.
Entonces, ¿vale la pena hacer este tipo de test?
Definitivamente sí, siempre y cuando uno entienda que no es un oráculo mágico ni un análisis unilateral. El sentido aparece en el diálogo con el profesional que lo interpreta, que pone en contexto el dibujo con la historia, emociones y características de la persona.
Y aunque nadie va a saber TODO sobre vos solo por cómo dibujás una rama, lo cierto es que este tipo de test puede abrir puertas internas muy útiles. Sirve para conocerte mejor, para identificar cómo reaccionás frente al estrés, o para ver si hay patrones que arrastrás sin darte cuenta.
La próxima vez que alguien te diga “hacé un dibujo de una persona bajo la lluvia”, no lo descartes como un simple juego. Capaz ahí hay algo tuyo que todavía no habías visto. Y si lo hacés con curiosidad, puede convertirse en una foto bastante honesta de lo que llevás dentro sin saberlo.